Un accidente de tránsito puede tener consecuencias negativas en las personas que participaron del siniestro. Desde lesiones físicas hasta daño psicológico. El daño psicológico se encuentra relacionado con cuestiones emocionales que se generan a raíz del trauma experimentado en un accidente. Los profesionales de la salud son los que pueden determinar si existe o no un daño de este tipo en un sujeto.
¿Qué es el daño psicológico?
Se considera “daño psicológico” a los trastornos que afectan a la personalidad de un sujeto que ha pasado por una situación traumática. Como consecuencia, se pueden identificar disfunciones que alteran tanto a su vida como a su personalidad. Es una perturbación que puede ser transitoria o permanente, pero afecta el equilibrio espiritual y emocional de una persona.
Estas lesiones pueden despertar comportamientos o reacciones exageradas como consecuencia del perjuicio que generó el accidente. Genera padecimientos, molestias y sufrimiento en un sujeto. También, puede manifestarse como una perturbación permanente en su equilibrio mental. En algunos casos puede ser de carácter patológico y en otros de incapacidad. Por eso, es importante que las personas que han tenido un accidente de tránsito cuenten con la asistencia de un profesional de la salud.
Se entiende que un accidente de tránsito puede, en algunos casos, ser vivido como un suceso traumático. Un accidente de tránsito suele generar estrés y conmoción en las personas. Si se trata de un choque con daños y lesiones graves, es posible que las personas que participaron del incidente se vean afectadas emocionalmente. De la misma manera, pueden sentirse afectados psicológicamente.
Un daño psicológico se manifiesta como un claro punto de inflexión en la vida de un sujeto. Esto se traduce como una incapacidad para la acción, el goce o bien valerse por sí mismos. Debido a que las consecuencias no son tan evidentes y visibles como las físicas, es importante que quien haya tenido un accidente sea asistido por un profesional calificado.
Secuelas de daño psicológico post accidente de tránsito
Como cualquier situación traumática, un accidente puede generar una impresión negativa en las personas. Estas impresiones se manifiestan en el comportamiento, los cambios repentinos de humor y de estado de ánimo general. Los cambios en el comportamiento habitual de una persona demuestran que hay algo que no está bien. Por eso, es recomendable consultar a un especialista.
Algunos de los síntomas de daño psicológico más frecuentes son:
. Angustia
. Fobias
. Trastorno por estrés postraumático (también llamado TEPT)
. Depresión
. Ansiedad
. Hipersensibilidad psicológica
– Irritabilidad
– Incapacidad para recordar (de manera completa o parcial)
– Problemas para mantener la concentración
– No poder conciliar el sueño
Si tuviste un accidente de tránsito y estás atravesando por alguno de estos síntomas, no dejes de hacer una consulta a un profesional de la salud. Muchas veces, con terapias estos síntomas desaparecen de manera progresiva. Con terapias la persona vuelve a sentir que vuelve a “tener una vida normal” o afín a como era antes del accidente. Cuando no recibe tratamiento los síntomas pueden empeorar generando un mayor perjuicio a quien los padece.
Una de las terapias más comunes para tratar el daño psicológico posterior a un accidente de tránsito es la cognitivo – conductual (TCC). La terapia ayuda a cambiar la relación entre el comportamiento, los sentimientos y pensamientos. Rompe la conexión entre los acontecimientos, los sentimientos y el comportamiento que producen.
Hay otras estrategias que pueden ayudar a afrontar el daño psicológico luego de un accidente. Estas estrategias son: –
– Practicar actividad física, relajación o meditación
– Reducir la exposición a los medios de comunicación y noticias en los que presenten accidentes
– Incorporar técnicas de manejo del estrés como los ejercicios de respiración
– Hablar sobre los sentimientos que se desencadenan con personas de confianza
– Evitar el aislamiento social
– Tratar de volver a retomar sus actividades cotidianas
¿Cómo se relaciona el daño psicológico con el daño moral?
Hasta el momento exploramos de qué se trata el daño psicológico posterior a un accidente de tránsito y cómo puede afectar a una persona. Sabemos que implica la perturbación permanente o transitoria del equilibrio espiritual de una persona. También sabemos que puede afectar al desempeño de sus actividades cotidianas y sociales. Es momento de conocer cuál es la relación del daño psicológico con el daño moral.
El daño moral implica a todas aquellos cambios que ocurren en la vida de la persona por efecto del accidente de tránsito. Se trata de la afectación en las creencias, sentimientos, reputación, honor, el aspecto físico y la influencia en su vida privada. Afecta a la moral y al patrimonio individual de la persona, ya que se ve modificado el ritmo normal de su vida.
Algunas personas requieren de tratamientos costosos que para afrontarlos deben cambiar de trabajo o mudarse a viviendas más económicas. Estos cambios también implican una afectación moral de la persona debido a que tiene que cambiar aspectos en su vida. Si como consecuencia del accidente de tránsito hay un diagnóstico médico de discapacidad definitiva el daño moral es mayor.
Todo deterioro o perjuicio que pueda sufrir una persona luego de haber tenido un accidente de tránsito implica un daño moral. El daño moral y el psicológico suelen ir aparejados porque el accidente genera un cambio súbito e intempestivo en el orden de su vida.
Siempre recomendamos contar con la asistencia médica y el asesoramiento legal necesario en caso de accidentes de tránsito. La existencia de daños físicos y psicológicos deben ser determinados por el profesional que corresponda. Nuestro estudio de abogados cuenta con especialistas en accidentes de tránsito y pueden responder a tus consultas. Si los necesitas contactanos: 011-5246-5000.